“La gente nace con motivación intrínseca, autoestima, dignidad, curiosidad por aprender, gozo en el aprendizaje” W. Edwards Deming.
Regreso a casa manejando y disfruto una puesta de sol espectacular. Pareciera como si la naturaleza quisiera contribuir poniendo un marco bellísimo acorde a la sensación de gozo interior que experimento.
Repaso lo que ocurrió en esta sesión de trabajo con el equipo de dirección. Revivo el proceso, los retos y las dificultades que enfrentamos, las reflexiones, las hipótesis, las propuestas, las objeciones, nuevas ideas, reformulaciones, y de pronto… zas, la formulación de una idea que no es de alguien en particular, sino fruto del proceso de pensamiento colectivo.
Los integrantes sentimos orgullosos, confiados, contentos del nuevo enfoque que daremos a nuestras acciones. No hay nada como sentir que haz sido útil, que has co creado con otros soluciones que son valiosas, que generan valor para otros. Sentir que haz puesto a trabajar tus mejores dones y capacidades personales y que junto con las de otros producen un bien mayor. Recuerdo la idea de John Scherer. Cada persona tendría que voltear a ver el trabajo realizado y exclamar ¡Guuuauu! que maravilloso. Algo semejante a la exclamación de júbilo del Creador al ver que bella le salió la creación.
Pienso entonces que afortunado soy que puedo encontrar gozo en la realización de mi trabajo. A fin de cuentas por encima de lo que piensen y digan los demás, lo más importante es que uno quede bien consigo mismo con la conciencia de “haber hecho lo mejor que pude, y haber dado lo mejor de mi”.
Entonces reflexiono en las palabras de Edward Deming: “la gente tiene derecho a gozar el trabajo” y pienso: Que enorme oportunidad tenemos frente a nosotros, ¿te imaginas hasta donde puede llegar una empresa cuyos directivos, de manera consciente e intencional, preserven y nutran la alegría por aprender y trabajar que cada ser humano lleva como una exigencia y un derecho de nacimiento?
Entender que “la innovación viene de personas que obtienen gozo de su trabajo” nos lleva a poner a las personas que realizan el trabajo al centro de la empresa y a poner todo el interés y el talento de los directivos a diseñar y rediseñar los sistemas y la organización de trabajo para que obtengan cada vez mayor gozo de su trabajo.
Este es el pase de entrada, no a la sobre vivencia, sino sobretodo al florecimiento de nuestras organizaciones.
Te propongo una frase más de Deming y te invito a reflexionar sobre el enorme impacto positivo que tendría su traducción al mundo del trabajo: “El propósito de la educación debe ser preservar y nutrir la alegría por aprender con la que nace cada niño”
Marcial Quintanar
Enero 2017